Aunque en este espacio fueron publicados hace seis meses propósitos como los que siguen, no estuvimos a la altura de las posibles respuestas, debido a nuestra torpeza para comunicarme por este medio que incluye una “plataforma en página web”. Siento que hemos predicado en una especie de desierto plano sin horizontes por donde pudieran asomarse algunas personas interesadas en el tema que hemos tratado en más de 300 entregas…ufff
Pero lo central es que ya podemos recibir desde opiniones breves hasta artículos que sostengan o descalifiquen nuestra posición sobre el origen de la actual catástrofe alimentaria de nuestro país en concreto, y aún si el mismo método de producción y distribución ha alcanzado casi todo el Planeta, cómo es que el caso de México nos afecta de un modo especialmente cruel e injustificado, tras una autosuficiencia alimentaria sana y deliciosa -que dio diversas culturas milenarias en Mesoamérica comparables a las del Oriente Extremo- mientras que apenas hace dos mil años aparecieron culturas similares en la Europa de nuestros invasores, conquistadores por la fuerza y, hasta la fecha depredadores del medio ambiente en toda la Tierra y sus capas vitales el, mediante la sobrevalorada cultura del desarrollo tecnológico, la concentración de la propiedad y del capital, el empobrecimiento de la inmensa mayoría de las poblaciones… cuyo último deseo es migrar a inexistentes “tierras prometidas”-, con una consecuente pérdida de biodiversidad, deterioro de los suelos, del agua y del clima, cuyo efecto predecible es terminar con nosotros los habitantes del Planeta, a través de nuestros descendientes empobrecidos en su cuerpo, sus funciones vitales y capacidad cerebral. Lo que no es una novedad para muchos, pero es necesario que todos comprendamos, asimilemos y luchemos contra esta contundencia fatal.
O sea, escuchar el llamado de alerta más fuerte que se ha llevado al público y que nos reúne a ustedes, con nosotros a través de nuestros artículos, para hacer un llamado de atención de salida a nuestro Presidente López Obrador, quien, a pesar de su infatigable lucha por sacar este país de su pobreza y violencia generada por aquélla, no pudo ya romper el círculo vicioso que encierra el artículo 4º constitucional cuando se le quita sentido a la frase sobre la alimentación suficiente, sana, de buena calidad y de acuerdo a la propia cultura dejándole sólo la suficiencia, porque el Presidente no se atrevió o no pudo propiciar el regreso de los policultivos aunados a su premisa esencial que es la comunidad usufructuaria a título de poseedores de la tierra, quienes son a la vez trabajadores, consumidores y mercaderes de la sobreproducción campesina y artesanal que deriva de los alimentos.
Esperemos que la próxima presidencia sea sensible a nuestra propuesta como prioridad porque van en juego el bienestar alimentario de la mayoría de la población mexicana y el pleno empleo para los mexicanos y mexicanas obligados a dejar su patria por falta de trabajo justos tendientes a cumplir con el mandato de ofrecer al pueblo mexicano autosuficiencia alimentaria, seguida de la soberanía y, en fin, exportación de bienes excedentarios.